miércoles, 23 de abril de 2014

Astérix

Está tan presente que, aunque resulte paradójico, suele pasar desapercibido: Astérix
es un filón para el docente desde varios puntos de vista:
  • Es de los pocos cómics cuyo imaginario está extendido entre los niños y jóvenes, con lo que no suele provocar rechazo (sí, los tebeos provocan rechazo en los niños, en general, por desconocimiento, claro).
  • Aún en las bibliotecas escolares menos atentas al cómic hay ejemplares de Astérix.
  • Es un universo que también conocen los adultos, y por lo tanto el docente también lo domina.
  • Su lectura resulta muy asequible, tanto para lectores poco duchos como para expertos.
  • Hay ediciones españolas en inglés, francés y latín.
  • Los hay para todos los gustos en cuanto a temática, incluyendo viajes a buena parte del mundo.
Así que ahí están cualquiera de los 24 álbumes (por favor, evitad los posteriores a la muerte de Goscinny, los guiones no son ya más que un triste eco de lo que fueron con él) para utilizarlos con el alumnado de tantas formas como se os ocurran. Por ejemplo:

Latín y Cultura Clásica: haciéndoles descubrir los anacronismos, destacando lo que de histórico tienen, estudiando el Imperio Romano y su distribución, los palabras en latín que aparecen, los nombres... y los mayores y más avanzados alumnos puede leérselos en latín, bastante asequible. 

Historia y Geografía: como ya dije estudiando el Imperio Romano, pero también aprovechándolos para trazar los itinerarios que siguen por medio mundo, comparando la geografía de la época con la actual o buscando personajes históricos.

Inglés, Francés: leyendo sus aventuras en esos idiomas.

Lengua y literatura: estudiando los personajes arquetípicos, los diálogos, la estructura narrativa, el espacio y el tiempo...

Y queda otro importante estímulo para promover su lectura entre el alumnado: que se diviertan.

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